1. |
Paso del tiempo
03:35
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Sin que apenas me diese cuenta,
empeñado en vivir la experiencia,
mi sempiterna adolescencia
ha seguido cumpliendo años.
Y ahí sigue, no obstante, sedienta
y aún sigue dictando mi rumbo
y de su mano, tumbo a tumbo,
me voy por senderos extraños.
Pues no me da nunca un respiro
y entre otro millón de detalles
me empuja a cantar por las calles
y luego nos vamos de cañas.
Y yo, que no bailo ni a tiros,
me veo de pronto en un after.
¿Será que aún me bulle algún alter
ego imberbe por las entrañas?
Y así, casi sin darme cuenta,
perdido entre las menudencias
de mi longeva adolescencia
continúo cumpliendo años.
Y admito que entrado en los treinta,
si bien canto aún por las calles,
se notan ya ciertos detalles
que no, que no llaman a engaño:
empiezo a entrever arruguitas
en torno a mi alegre sonrisa
y el colesterol, que no avisa,
se cuela ya en todas mis charlas.
Y veo empujando sillitas
de niño a mis viejos amores
y a mí, que aún persigo las flores,
me entra vértigo al saludarlas.
Y enredado en las espirales
de mi vocación de veleta
prosigo mi viaje en planeta
que no, el muy cabrón, no aminora.
Y puesto a contaros mis males
diré que aunque cante en las calles
se notan ya ciertos detalles,
y un niño: «Señor, ¿tiene hora?».
Por suerte aún conservo mi pelo
que muchos de mis coetáneos
han visto escapar de sus cráneos
y atascarles las cañerías.
No obstante, os diré que el flagelo
del tiempo a menudo es de traca:
ya veis que una buena resaca
hoy me dura casi tres días.
Y a vueltas con las piruetas
tan propias de los Peter Panes
aún sigo orquestando mil planes,
aún sueño con ver mil lugares.
Y en vez de ir al monte a por setas
o andarme al Chateau de Versalles
me pongo a cantar por las calles,
me pongo a cantar por los bares.
No obstante aún me hiere la fusta
del tiempo que no, no me ignora,
y un niño: «Señor, ¿tiene hora?»,
y yo: «Niño, tira pa’ casa».
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2. |
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Del elogio de Russell fuiste objeto,
Paul Lafargue te ensalzó como un derecho
y yo, humilde, te muestro mi respeto.
Pues, pereza, al ver con qué despecho
te atacan desde púlpito y tribuna
que es por acapararte me sospecho.
Son los que por virtud de su alta cuna,
sus bienes, su herencia, su gran cuajo,
no han dado un palo ni una vez, ¡ni una!
Y aún predican, severos, que el trabajo
dignifica. Pues les diré, sin guasa,
que les presto mi escoba y mi estropajo
y que pueden ser dignos en mi casa.
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3. |
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Al irse el sol veréis surgir su sombra
rumiando su tabaco de mascar
y con el mundo entero por alfombra.
Él es un tipo duro que se hace llamar
Filigrana Joe.
Se mete en el saloon y pide un trago
y luego pide otro y otro más.
Para él su soledad es un halago
que le confirma que no es como los demás:
es Filigrana Joe.
Permitidme que os recuerde por si dais con él
que su revólver va cargado de cinismo y hiel
y dispara y no pregunta y es altivo y es mordaz
id con ojo Filigrana ya está en la ciudad.
Y el resto de la clientela que alborota en el saloon
en su opinión no le llega ni a altura del betún
y aun así en el fondo aún quiere ser parte del show
pero es duro si te llamas Filigrana Joe.
Qué mala pata para un alter ego
ir a tocarte la faceta amarga
siempre con esa cara tan larga
Filigrana, Filigrana Joe.
Miradlo ahí en su esquina siempre alerta,
miradlo siempre a punto de saltar,
por eso en cuanto se arma una reyerta
podéis dar por seguro que el primero en disparar
es Filigrana Joe.
Pero es que en realidad él no se fía
por miedo a que lo vuelvan a emboscar
por eso elude toda compañía
y con su rifle al hombro sale fuera a cabalgar:
es Filigrana Joe.
Su saliva es casi negra de tanto rumiar
su tabaco y sus rencores vuelvo a recordar
que es altivo y obsesivo retorcido y suspicaz
es un riesgo, es Filigrana y está en la ciudad.
Y el resto de la clientela que alborota en el saloon
en su opinión no le llega ni a altura del betún
y aunque aún quisiera huir de Desolation Row
no es sencillo si te llamas Filigrana Joe.
Qué mala pata para un alter ego
ir a tocarte la faceta amarga
siempre con esa cara tan larga
Filigrana, Filigrana Joe.
En la lista de "least wanted" Joe ya es el "number one"
y en el fondo aún se preocupa por el qué dirán
y aunque la fiebre del oro dice que es una ruindad
luego no invita a beber ni por casualidad.
Y el resto de la clientela que alborota en el saloon
en su opinión no le llega ni a altura del betún
y aunque el nombre de su pueblo empiece por Ou
insiste en que le llamen Filigrana Joe.
Qué mala pata para un alter ego
ir a tocarte la faceta amarga
siempre con esa cara tan larga
Filigrana, Filigrana Joe.
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4. |
Blues de garrafón
04:04
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El de ayer fue un día complicado
y unas horas tras caer el sol
me pedí otra copa de lo mismo
con dos dedos más de rock & roll.
Pero he despertado esta mañana
acordándome del bar y sus
‘Johnnies on the rocks’ que me parece
que eran en el fondo más bien blues.
Ayer me dieron blues,
que sí que ayer me dieron blues.
Me da que ayer me dieron blues:
blues de garrafón.
Y más tarde hablando con mi amante
yo que me las doy de cantautor
le propuse: hagamos esta noche
los dos juntos tu canción de amor.
Pero ya con ganas de otros ritmos
me miró con cierto repelús
y me dijo: chato, me parece
que hoy puedo ofrecerte solo un blues.
Ayer me dieron blues,
que sí que ayer me dieron blues.
Me da que ayer me dieron blues:
blues de garrafón.
Y después leyendo en el diario
la sección que llaman nacional
concluí que reescribir mi country
no le sentaría nada mal.
Y aunque algo no encaja en su armonía,
antes de montarme en un Airbus,
yo lo intento aún con este country
pero es que me sale siempre un blues.
Ayer me dieron blues,
que sí que ayer me dieron blues.
Me da que ayer me dieron blues:
blues de garrafón.
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5. |
El trío (poema)
00:55
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Pese a ser, según parece,
la ilusión de todo tío
yo en el fondo soy muy mío
y... no sé si me apetece.
Porque más que una quimera
se me antoja un desafío
verme en medio del gentío
que en pelota ya me espera
para que le cause euforia
(yo que siempre desconfío
de mis artes y mi brío
en la práctica amatoria).
Me imagino desbordado
pero insisto, y aún porfío,
y al final ya me extravío
y termino reventado.
O aún peor: me da canguelo
que me hagan el vacío
y se enzarcen, venga al lío,
y yo ahí mirando el suelo.
Y así pues, sin censurarlo
ni juzgarlo un desvarío,
yo disfruto y me extasío
vis a vis, ¿por qué negarlo?
Dejaos pues de siete mares,
cinco estrellas, tanto trío...
yo, de siempre, os los confío,
soy más de números pares.
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6. |
Visca Catalunya lliure
06:37
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Ya que estamos hoy con ganas de jarana
he venido a confesaros que mi novia es catalana
y si bien nunca me afea que discrepe,
¿veis por dónde va mi rima? Pues resulta que es indepe.
Pero opino que es posible, si hay respeto,
el amor entre un Montesco y el más terco Capuleto.
Y como ambos somos, creo, gente amable,
pienso que algo de contraste es incluso saludable.
Yo es que soy más bien de abajo las banderas
y ella baja por la Rambla enarbolando una senyera,
pero luego nos besamos de tal guisa
que a Colón, que nos señala, se le escapa una sonrisa.
Si después vamos por Gràcia de paseo
nada hay más repetitivo que jugar al veo veo,
porque la respuesta es siempre “una estelada”,
pero se oyen nuestras risas más que la cacerolada.
Desde lo alto de un castell me tira un beso
y aunque sufro por la altura, me emociona y os confieso
que la veo allí mordiendo sus solapas
y sin duda me parece la más maca entre las guapas.
Yo es que soy más bien de abajo las banderas
Y ella baja por la Rambla enarbolando una senyera
Pero luego nos reímos de tal guisa
que Gaudí, que está presente, nos dedica una sonrisa.
Y si bien no suele hablarme en catalán
a menudo se le escapa un "deu n’hi do" o algún "i tant".
Y aunque puede que yo no siempre me entere
cuando dice que me estima ya comprendo que me quiere.
Y aún le hago algún guiño a su alma catalana
porque un simple "bon matí" sé que le alegra la mañana,
O en la cama si pretendo que se apure
le susurro en el oído: visca Catalunya lliure.
Yo es que soy más bien de abajo las banderas
y ella baja por la Rambla enarbolando una senyera,
pero luego disfrutamos de tal guisa
que al castillo de Montjuic se le ilumina la sonrisa.
Y es que aunque yo soy más de abajo las banderas
ella cruza la Sardenya enarbolando una senyera,
pero luego nos queremos de tal guisa
que hasta el mar, que nos salpica, nos devuelve la sonrisa.
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7. |
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Al irse el sol veréis surgir su sombra
rumiando su tabaco de mascar
y con el mundo entero por alfombra.
Él es un tipo duro que se hace llamar
Filigrana Joe.
Se mete en el saloon y pide un trago
y luego pide otro y otro más.
Para él su soledad es un halago
que le confirma que no es como los demás:
es Filigrana Joe.
Permitidme que os recuerde por si dais con él
que su revólver va cargado de cinismo y hiel
y dispara y no pregunta y es altivo y es mordaz
id con ojo Filigrana ya está en la ciudad.
Y el resto de la clientela que alborota en el saloon
en su opinión no le llega ni a altura del betún
y aun así en el fondo aún quiere ser parte del show
pero es duro si te llamas Filigrana Joe.
Qué mala pata para un alter ego
ir a tocarte la faceta amarga
siempre con esa cara tan larga
Filigrana, Filigrana Joe.
Miradlo ahí en su esquina siempre alerta,
miradlo siempre a punto de saltar,
por eso en cuanto se arma una reyerta
podéis dar por seguro que el primero en disparar
es Filigrana Joe.
Pero es que en realidad él no se fía
por miedo a que lo vuelvan a emboscar
por eso elude toda compañía
y con su rifle al hombro sale fuera a cabalgar:
es Filigrana Joe.
Su saliva es casi negra de tanto rumiar
su tabaco y sus rencores vuelvo a recordar
que es altivo y obsesivo retorcido y suspicaz
es un riesgo, es Filigrana y está en la ciudad.
Y el resto de la clientela que alborota en el saloon
en su opinión no le llega ni a altura del betún
y aunque aún quisiera huir de Desolation Row
no es sencillo si te llamas Filigrana Joe.
Qué mala pata para un alter ego
ir a tocarte la faceta amarga
siempre con esa cara tan larga
Filigrana, Filigrana Joe.
En la lista de "least wanted" Joe ya es el "number one"
y en el fondo aún se preocupa por el qué dirán
y aunque la fiebre del oro dice que es una ruindad
luego no invita a beber ni por casualidad.
Y el resto de la clientela que alborota en el saloon
en su opinión no le llega ni a altura del betún
y aunque el nombre de su pueblo empiece por Ou
insiste en que le llamen Filigrana Joe.
Qué mala pata para un alter ego
ir a tocarte la faceta amarga
siempre con esa cara tan larga
Filigrana, Filigrana Joe.
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8. |
A punto de rendirme
03:56
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Estaba a punto de rendirme cuando
volví a decirme que el dinero no da la felicidad.
No obstante temo, de seguir cantando,
que llegue el día en que me apriete el cinto la necesidad.
Porque sin duda a mí también me da miedo un futuro incierto
y en ocasiones hasta me preocupa mi jubilación,
pero después todo me da lo mismo si hago un buen concierto
y puede arder el mundo entero si me sale una canción.
Por mí que arda el mundo entero si hago a cambio una canción.
Estaba por tirar ya la toalla
cuando vi que alguien hacia el fondo parecía disfrutar.
Pero no sé si voy a dar la talla,
y aún siendo adicto al escenario nunca subo sin temblar.
Porque sin duda a mí también me da pavor el juicio ajeno
y hasta he querido cortar un concierto en más de una ocasión,
pero después todo me da lo mismo si hago alguno bueno
y puede arder el mundo entero si me sale una canción.
Por mí que arda el mundo entero si hago a cambio una canción.
Y cuando ya iba a darme por vencido
me recordé que implicaría ir de nuevo a trabajar.
Pero esta opción tampoco es pan comido
y por momentos tanta lucha temo que me va a amargar.
Porque sin duda me da un miedo atroz caer en el cinismo
y en ocasiones ya se me atraganta cierta frustración,
pero después si me hago un buen concierto todo da lo mismo
y puede arder el mundo entero si me sale una canción.
Por mí que arda el mundo entero si hago a cambio una canción.
Como si chocan cielo y tierra si compongo una canción.
Que se corrompan las esferas si así escribo una canción.
Y puede arder el mundo entero...
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9. |
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Los cantautores
ya no están de moda
porque vivimos
en la Era Digital.
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